DESMINTIENDO CLICHÉS SOBRE EL SINHOGARISMO

Mendigos, indigentes, borrachos, vagabundos… Mejor, llamémosles personas sin hogar. Sólo en la ciudad de Madrid hay en torno a 800 personas durmiendo en la calle actualmente.

La reflexión que hoy propongo tiene dos objetivos: (i) dar a conocer una realidad ajena a muchos y (ii) refutar algunas creencias erróneas que existen sobre el colectivo de las personas sin hogar.

El sinhogarismo es un problema de exclusión social que suele surgir como consecuencia de un conjunto de sucesos traumáticos que vive una persona. En general, sufrimos una media de tres o cuatro sucesos traumáticos a lo largo de nuestra vida (por ejemplo, la falta de trabajo, el fallecimiento de un familiar, la ruptura de relaciones afectivas o una enfermedad grave, entre otras). Sin embargo, las personas que acaban en “situación de calle” pueden llegar a vivir una media de siete u ocho sucesos traumáticos en un periodo corto de tiempo. Esto, unido a la falta de apoyo social y/o familiar, provoca una situación de vulnerabilidad que hace posible que exista el sinhogarismo.

A continuación, listo una serie de falsas creencias o clichés sobre las personas sin hogar basándome en los casi siete años de mi experiencia como voluntaria en la Asociación Bokatas, ONG que acompaña a personas sin hogar en Madrid, Valencia y Zaragoza y tomando como base los resultados del “IX Recuento de personas sin hogar en la ciudad de Madrid” de fecha 12 de abril de 2018 elaborado por el Ayuntamiento de Madrid con la colaboración de universidades y otras entidades.

  • No todas son alcohólicas ni drogadictas. El 30% de las personas sin hogar se declara abstemia y nunca ha consumido drogas.
  • No todas mendigan. De hecho, muchas personas que ejercen la mendicidad ni siquiera viven en la calle. Durante el día, muchos hacen “recados”, van a la biblioteca municipal o buscan trabajo.
  • No todas son extranjeras. Casi la mitad de las personas que viven en las calles de Madrid son españolas.
  • No viven en la calle porque quieran. Las condiciones de los albergues y centros de acogida no son los más adecuados (habitaciones de 20 personas, horarios imposibles, problemas de convivencia, robos, peleas, etc.). Asimismo, es prácticamente imposible encontrar pisos (ni siquiera habitaciones compartidas) por menos de 300 euros al mes. Cuestión distinta es la actitud con la que se enfrentan a esta realidad, pues a veces están deprimidos o se sienten incapaces de salir adelante y buscar un alojamiento. Los que tratamos con el colectivo de las personas sin hogar podemos decir que desgraciadamente, cuánto más tiempo pasa una persona en la calle más difícil es su integración en la sociedad. La cronificación de personas en situación de calle es preocupante.
  • Muchas tienen estudios. El 59% de las personas sin hogar tiene estudios de formación primaria o inferior, el 26%, de secundaria y el 15%, formación superior.
  • No todas son agresivas. Es más, en la mayoría de los casos, ellos son los que sufren agresiones. Según el “Informe de Investigación de delitos de odio contra las personas sin hogar” elaborado por Rais Fundación en 2015, el 47% de las personas sin hogar ha sido víctima de delitos de odio (actos de violencia, hostilidad e intimidación). La esperanza de vida es 10 años menor viviendo en la calle.
  • No todas son sucias. Muchas personas sin hogar querrían asearse diariamente. Sin embargo, no se dan facilidades para poder hacerlo. Por ejemplo, en Madrid existen únicamente dos casas de baños con horarios poco flexibles en los que hay que pagar 50 céntimos por veinte minutos de ducha. Además, deben llevar toalla y jabón, pagar el transporte hasta allí y no pueden limpiar su ropa.

En conclusión, como todo en la vida, no se puede generalizar. Lo realmente importante es que más allá de clichés y datos sobre las personas sin hogar, todas ellas son precisamente eso, PERSONAS.

Vivir en la calle degrada la dignidad y desalienta para seguir adelante. En cualquier caso, habiendo leído estas líneas ya has contribuido a dignificar un poco más a este colectivo. ¡Muchas gracias por tu atención!

 

Voluntaria Asociación Bokatas

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