¡Voluntaria de
Bokatas Valencia!
Pertenezco a la sede
de Valencia y llevo aproximadamente 2 años en Bokatas. En mi ruta somos 4
personas y acompañamos a alrededor de 25 personas en situación de calle.
¿Cómo has vivido la experiencia
de hacer voluntariado durante la pandemia?
La nueva realidad nos llegó y tuvimos que adaptarnos en
tiempo récord. Durante la cuarentena, nos organizamos por parejas y nos íbamos
turnando por semanas. Salíamos con guantes, mascarillas y gel desinfectante,
preparábamos bolsas de comida envasada y dejábamos siempre la comida a la
distancia de seguridad. Ellos esperaban a que nos alejáramos para poder coger
las bolsas con la comida para evitar cualquier riesgo. Sí que manteníamos
conversación con ellos, pero siempre manteniendo la distancia de seguridad y
con la mascarilla puesta en todo momento.
La sensación cuando salías a la calle daba bastante
impactante y ponía los pelos de punta. Yo hago ruta en una zona en el centro de
Valencia y daba mucha impresión verlo todo vacío y en silencio.
¿Cómo veías a las personas sin hogar?
Cuando apareció la pandemia, mucha gente se fue de su lugar
habitual, unos se quedaron, y otros se incorporaron. La mayoría de personas sin
hogar no querían moverse e irse al albergue puesto que sabían que esto sería
temporal. Una vez terminase la cuarentena, iban a volver a quedarse sin
recurso.
Durante la cuarentena tuvimos una pérdida por un accidente, y
fue muy duro porque yo tenía mucha relación con él. Lo peor fue la sensación de
no poder hacer nada, no poder despedirnos debidamente de él. En recuerdo a él,
le dejamos un ramo de flores en el sitio donde dormía. Fue también muy difícil
para el resto de personas sin hogar que le conocían.
Al principio de la cuarentena, la mayoría tenía muy poca
información acerca de la pandemia. Muchos de ellos no eran conscientes de la
gravedad de la situación. No sentí que tuvieran miedo.
¿Qué te aporta ser voluntaria durante la pandemia?
Mi experiencia realizando voluntariado durante el
confinamiento fue muy positiva, ya que poder salir de casa una vez cada dos
semanas para ayudar a los demás me puso los pies en la tierra. Dedicar tiempo a
personas en situación de vulnerabilidad te hace ver la situación con mayor perspectiva,
y no solo la tuya personal. Además, ellos estaban encantados de que fuéramos a verlos,
y nos esperaban con los brazos abiertos porque, aunque agradecían mucho la
comida y bebida repartida, sobre todo agradecían el rato que les dedicábamos
para hablar.