27.483 conversaciones en las calles de Madrid

27.483 conversaciones en las calles de Madrid

Qué bonitos son los grises días de invierno, en los que el sol sale tímidamente y disimula el gélido frío. Qué espectáculo ver la nieve caer y cubrir de blanco las calles y jardines. Qué agradable sensación, cuando observo todo esto desde casa, delante de la chimenea y con una manta que me cubre por completo. ¿A ti también te gusta esta sensación? Tienes suerte de no pertenecer al casi 20% de la población madrileña que vive por debajo del umbral de la pobreza. Algunos tienen un techo, pero no calefacción y otros, tienen mantas pero no tienen un hogar que les proteja de las inclemencias del tiempo.

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 ¿Sabías que las franjas con mayor riesgo de pobreza son los jóvenes de entre 18 y 29 años (con un 29,1 %), los menores de 18 (28 %) y los personas de entre 45 y 64 años (28 %)?

Según explica un reciente informe presentado por la Comunidad de Madrid “la crisis económica ha sido un motor que ha empeorado los efectos de la pobreza en la Comunidad, sobre todo para aquellos que ya tenían problemas económicos”. Resulta aterrador que un 28,9% de las personas en riesgo de pobreza y exclusión están en situación de desempleo, pero un 34,6 % trabajan, un 17,6 % de ellas a jornada completa. ¿Te imaginas qué desesperación trabajar de sol a sol sin poder cubrir necesidades básicas? Pues ocurre día a día a nuestro alrededor.

Las cifras no son simples números, son personas, personas que viven en nuestra misma ciudad y  probablemente a pocos metros. Son vidas que nos están señalando que algo no funciona y que hay que seguir trabajando. El recuento realizado por la Comunidad de Madrid, a finales de 2014, extrajo que en las calles de la región dormían 1.905 personas, sin embargo, las entidades que trabajan día a día con ellos hablan de hasta 3.000 usuarios sin hogar. En Bokatas vemos en torno a 500 de todas ellas, esto lo tradujimos el pasado año en 27.483 conversaciones. Detrás de cada uno hay una historia, ellos son nuestros “colegas” y, por eso, queremos ayudarles, para que algún día muchos de ellos puedan disfrutar de los días de lluvia y las noches heladoras sentados ante una chimenea  y bajo un techo.

Hablando con…

Hablamos con…Elena Terry

 

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1. ¿Cuánto tiempo llevas siendo voluntaria de Bokatas? ¿Por qué empezaste?

Empecé en Bokatas hace tres años y medio y lo conocí por una prima mía. Había hecho antes distintos voluntariados con niños y me apetecía cambiar, así  que decidí probar en Bokatas y hasta el día de hoy.

2. Tu lugar preferido de Madrid para hacer ruta

Voy a la sede de Bernabéu que tiene varias rutas por esa zona, y aunque he hecho muchas de ellas, me quedo con la de Azca. Es en la que empecé y como gran parte de ellos siguen allí, tengo un relación muy cercana con la mayoría. Aunque actualmente estoy yendo a otra ruta, de vez en cuando intento pasarme por allí. Lo que más me gusta es que parece que voy todas las semanas.

3. Lo que más te gusta de Bokatas

Para mi Bokatas es algo más que un voluntariado porque me ha aportado grandes cosas. Entre todas ellas, especialmente, me quedo con dos: una, que todos  somos voluntarios con las mismas inquietudes y ganas de luchar contra la exclusión de las personas sin hogar, y dos,  la relación tan cercana que tengo con los sin techo.

4. Una persona sin hogar que te haya marcado

 Es muy difícil quedarme solo con una persona, pero uno de los que más me ha marcado es Manuel, al que llamamos «El  Cordobés´´.  Tuve una relación muy cercana con él desde que lo conocí y algunos problemas y enfermedades que ha sufrido nos ha unido aún más. Prueba de ello es que me pude entrar en su casa, en Córdoba, y conocer a su familia. Actualmente, no está en Madrid pero lo sigo teniendo muy presente.

 5. Has sido coordinadora de numerosas iniciativas de gran volumen: ¿nos puedes contar brevemente en qué consiste con la que más has disfrutado?

 Con uno de los que más he disfrutado ha sido con una iniciativa que hemos hecho hace muy poco en nuestro centro de acompañamiento. Una revisión oftalmológica a las personas sin hogar, que fue llevada a cabo por un oftalmólogo y su equipo. Uno de lo motivos por lo que más me ha gustado es que en este proyecto cada uno de nosotros puso su granito de arena, desde los que donaron sus gafas hasta el equipo de oftalmólogos y voluntarios.

 6. La injusticia más evidente que ves en las personas sin hogar

Lo invisibles que son para la sociedad. Muchos de ellos se quejan de que muchas de las personas no les miran a los ojos cuando pasan por su lado. Son víctimas de una gran cantidad de prejuicios que no son para nada reales. Esto les ha hecho muy vulnerables y sensibles.  Detrás de cada persona hay una historia.

 7. ¿Qué harías si te tocase la lotería?

 Uy que pregunta… Pues suponiendo que es mucho haría un poco de todo. Viajaría por el mundo,  ahorraría, y una gran parte iría a distintas causas con las que estoy comprometida, fuera de España y por supuesto dentro. Montaría algo para los sin techo, conociendo de primera mano sus necesidades y lo que les falta.

 8. Una cita (no de amor, de frase bonita)

Dad gratis lo que gratis habéis recibido.

9. Un personaje de la historia con el que te tomarías un café

 Me tomaría un café con Juan Pablo II

 10. Una canción, una peli, un libro

 Una canción:  Cuestión de prioridades de Melendi.

Una película: La vida es Bella

Un libro: La vida sale al encuentro

Desmintiendo clichés

¿Son las personas sin hogar, alcohólicas?

Mucha gente piensa e incluso afirma que «todas las personas sin hogar son alcohólicas», sin embargo, la realidad es muy distinta.

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El sinhogarismo no comienza con un cartón de vino ni con varias cervezas. El sinhogarismo se da a raíz de una serie de circunstancias que golpean la vida de quienes las sufren, de manera que en un periodo relativamente corto de tiempo, dichas personas se ven obligados a acabar en la calle.

Así, empresarios, trabajadores, padres y madres de familia, solteros, o lo que es lo mismo, personas con diferentes perfiles, se ven sin un techo donde cubrir su necesidades primarias: higiene, alimento, seguridad… Y sobre todo, su dignidad.

Vivir en la calle degrada la dignidad de las personas poco a poco y desalienta para seguir adelante. Veamos dos ejemplos muy gráficos:

Si alguno de nosotros tiene un mal día, sabe que llegará a su casa, se dará una ducha caliente, abrirá la nevera para tomar algo y se acostará en una cama. Incluso puede que haya alguien querido esperándonos, alguien que nos apoye en esos momentos malos. Afrontaremos los problemas de una manera relativamente fácil. Pensaremos: «mañana será un día nuevo».

Pues bien, una persona sin hogar en la misma situación, llegará a su rinconcito oscuro y frío, comerá lo que haya conseguido durante el día, intentará asearse en los baños de alguna gasolinera, y preparará sus mantas para acostarse encima de unos cartones compartiendo lecho con una compañera incondicional: la soledad. Pensará: «mañana…mañana ya se verá».

Una vez sentado lo anterior, es sencillo imaginar las diferencias que surgen para superar las adversidades entre el primer supuesto y el segundo. No es lo mismo aliviar tus preocupaciones cuando te sientes seguro, limpio y acompañado, que cuando te encuentras sólo, sin asear y sin recursos. Por tanto, mentiríamos al negar  que el alcohol juega un papel importante en la vida de las personas sin hogar – sobre todo, para aquellas que llevan años en tal situación -. El alcohol puede ser el amigo que les falta. El alcohol puede ser el calor que necesitan. La manera de olvidar los problemas, de no pensar…

Sin embargo, lo que está claro es que el alcoholismo no es ni mucho menos la causa por la que estas personas se encuentran en la calle y que el consumo se debe principalmente a la necesidad de evadir los problemas y de cubrir las necesidades que no pueden satisfacer. El alcohol es por tanto, una consecuencia derivada de la situación de calle.

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Fuente: Encuesta a personas sin hogar. INE, 2012.

Dicho todo esto, la inmensa mayoría de las personas sin hogar a las que acompañamos consumen el mismo alcohol que una persona adulta en condiciones normales. Un partido de fútbol, una celebración… Lo normal. Y es que a pesar de la precaria situación en la que viven, muchísimas de estas personas aún tienen fuerzas para seguir luchando por su dignidad por otros medios: muchos pasan el día en bibliotecas públicas, otros tantos se dedican a hacer recados a los vecinos del barrio, bastantes buscan los medios para conseguir un trabajo o algo que les proporcione alimento…

En este sentido,  la encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2012, afirma que el 86,4% de las personas sin hogar encuestadas no consumen alcohol o lo hacen ligeramente. Solo un 4,1% de personas manifiesta un consumo alto o excesivo de alcohol (Ver: http://www.ine.es/prensa/np761.pdf )

Si empezásemos a escribir los nombres de los sin techo que no beben, la listaría sería extensa. Si escribiésemos los nombres de las personas que se beben varias cervezas al día – teniendo en cuenta el frío que se pasa en invierno – también sería larga. Pero… ¿cuántas cervezas/copas de vino bebe una persona cualquiera al día?

Sí. El alcohol forma parte de la vida de muchas personas sin hogar, pero en ciertos casos, del mismo modo que forma parte de la nuestra. No generalicemos sin conocer la realidad y sobre todo, sin entender las circunstancias.

“¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.”
Albert Einstein